Libres y empoderadas

Libres y empoderadas

jueves, 30 de abril de 2015

1 DE MAYO. MUJERES LIBRES

1 DE MAYO. MUJERES LIBRES

Las mujeres siempre han jugado un papel decisivo en la historia de la lucha por los y las trabajadoras. En este día de reivindicación obrera, no podemos olvidar a todas las luchadoras que pusieron en riesgo su vida por los derechos de toda la clase obrera. Ellas iniciaron el camino que hemos de seguir, el de la lucha y la consecución de la igualdad y no podemos permitir que su figura caiga en el olvido, enterrada por el androcentrismo.
Pero tampoco podemos olvidar el trabajo no remunerado y apenas reconocido de todas las mujeres en el ámbito doméstico, en su hogar. Trabajo que sirve de sustento a toda la sociedad y sin el que difícilmente podríamos estar hoy aquí. Trabajo gratis y en condiciones de explotación, sin horarios, sin vacaciones, sin sanidad, sin pensiones y sin reconocimiento. Olvidar este trabajo es ser cómplices del heteropatriarcado capitalista.
Las mujeres somos doblemente oprimidas, como obreras y como cuidadoras. Si hemos sido silenciadas en la historia, esclavas del hogar, el acceso al mercado laboral no ha traído consigo una igualdad real. A la ya conocida brecha salarial, que nos impide acceder a los mismos salarios, sumamos una doble jornada laboral,  en la que el trabajo fuera de casa no ha supuesto un reparto real de los cuidados y el trabajo doméstico, con las consecuencias personales y laborales que ello conlleva.

Por todo esto, desde la Asamblea de Mujeres Libres de Guadalajara pedimos que el 1º de Mayo sea un día de doble reivindicación, una reivindicación de clase y de género, como trabajadoras y como mujeres, en casa y en la empresa. 

domingo, 19 de abril de 2015

Feminismo y maternidades

La maternidad suele ser vivida como impone la lógica capitalista imperante: como un proceso individual, sin repercusiones.
Sin embargo, la maternidad es uno de los ejes centrales de la cultura, la economía y la política. Para el capitalismo y el heteropatriarcado su relevancia  es inmensa; al fin y al cabo la maternidad supone la llegada al mundo de más personas, de más mano de obra, de más sujetos hombres/sujetos mujeres. Y si este proceso podría considerarse casi el más importante para el ser humano (sin él no habría personas), es lógico que ambos sistemas tengan un especial interés en controlarlo.
Como actitud política, y como decisión personal, existen dos opciones: o dejamos de proveer de nuevos sujetos al sistema (child free) o bien subvertimos la manera de reproducirnos, reapropiándonos de nuestros cuerpos y nuestras crías.
Ninguna de estas opciones tiene cabida en el ideario heteropatriarcal y capitalista, que reacciona en ambos sentidos. Los gobiernos tratan de legislar nuestros úteros, imponiendo la maternidad a algunas mujeres, e impidiendo ser madres a otras. Y el criterio de “validez” para ser madre es la heteronormatividad.
En esta semana, se ha votado una reforma de ley que obligará a las menores que queden embarazadas a poner en riesgo su integridad, su vida en definitiva. El futuro de la persona nacida en tales condiciones tampoco parece halagüeño. Al sistema no le interesa la seguridad y el bienestar de sus menores; le interesa su capacidad productiva, de producción de más personas que puedan ser explotadas.
Y estas personas serán fácilmente explotadas si se siguen los esquemas impuestos para la reproducción. El embarazo, el parto y la crianza deben ajustarse a los parámetros que establece el heteropatriarcado; es decir, deben producirse entre personas heterosexuales o bien por parte de mujeres en situaciones problemáticas, fáciles de controlar y abocadas junto a sus hijos e hijas a engrosar las filas del proletariado.
Es aquí donde entran en juego otras medidas adoptadas por el gobierno: impedir el acceso a la maternidad a mujeres solteras o lesbianas y mantener medidas laborales y económicas que dificulten la conciliación a las mujeres y la participación en la crianza de los padres.
Pero los poderes fácticos nunca actúan solos; sus preceptos, sus imposiciones, se integran en el imaginario colectivo, en la ideología imperante, en lo que se considera “bueno” o “deseable”. Todxs hemos integrado en nuestro ideario el arquetipo de la “buena mujer”, la “buena madre”, mujer con una pareja del sexo opuesto, fiel, que trabaja 24 horas al día y 7 días a la semana, fuera de casa y dentro de casa, prácticamente en soledad, y que debe mantener una actitud cariñosa y amable con todo el mundo.

Aquí proponemos una revisión integral y radical de la maternidad, que solo será posible gracias a la reapropiación de nuestros cuerpos, y la capacidad plena de decisión sobre ser o no madres.­

jueves, 9 de abril de 2015

NINGUNA AGRESIÓN SIN RESPUESTA


El pasado fin de semana, en Guadalajara, un grupo de conocidos fascistas de la ciudad agredieron a una compañera en “Fever”, un local bastante concurrido a altas horas de la noche. Los arriba mencionados, al observar que la compañera se encontraba en el local, comenzaron a acercarse y a hacer comentarios como “¡Viva Hitler!” o “Guarra de mierda” e insultos de marcado carácter machista como “puta” o “zorra”. No contentos con eso, intentaron varias veces tocarla el culo, hacerle fotos y fue perseguida hasta el baño.

Al salir del lavabo, la compañera, harta de aguantar alrededor de una hora esta situación, plantó cara y pidió explicaciones; sin embargo, los insultos siguieron y, además, se justificaron las agresiones anteriores.

En este momento en que la situación se empezaba a poner más tensa, entró un portero de la discoteca al interior del local y, no solo obvió la situación, sino que culpabilizó a la compañera y manifestó que no se la debería haber dejado entrar al local por llevar botas de montaña. Ésta recriminó al portero tratando de visibilizar la situación de la que difícilmente ella podía ser culpable cuando estaba siendo agredida por cuatro personas. Ante esto la respuesta del portero fue de clara complacencia con los agresores: “Tú te lo habrás buscado”.

La compañera abandona el local pero el altercado no acaba aquí pues, cuando la compañera decide a irse a casa, es perseguida medio camino por un coche desde el que los agresores la gritan “puta”, “gorda” y otra retahíla de insultos machistas.

Este tipo de agresiones de carácter fascista y machista son intolerables, pero más intolerable es, si cabe, la actitud de este local ante los hechos. No es la primera vez que esta situación se da en “Fever” donde un conocido miembro de Ultra Sur de la ciudad, sobradamente conocido por su ideología nazi, trabaja como portero protegiendo así a todo su grupo de amigos y dando cabida a este tipo de agresiones en el local. Recalcamos y rechazamos también la actitud del otro portero que fue quien, con su intervención,  justificó la agresión a la compañera gritándola y culpabilizándola.

Desde la Asamblea de Mujeres Libres y la Asamblea Antifascista de Guadalajara queremos remarcar la doble agresión sufrida por nuestra compañera. En primer lugar, el ataque se produjo por motivos ideológicos al ser identificada como antifascista y, en segundo lugar, la situación se vio agravada por el hecho de ser mujer. El acoso fascista se perpetra en esta ocasión en forma de agresión machista, con tocamientos, acoso e insultos de acusado carácter patriarcal.

¡NI MACHISMO, NI  FASCISMO!
¡NINGUNA AGRESIÓN SIN RESPUESTA!