Debido
a la fecha en la que estamos, hemos decidido dejar a un lado los mitos sobre la
Violencia de Género y hablar sobre esto. 12 de octubre, “nuestra” Fiesta
Nacional, también conocido como Día de la Hispanidad, y anteriormente como “Día
de la Raza”.
Y lo celebramos en este día porque es
supuestamente cuando Cristóbal Colón “descubrió América”. Así nos lo cuentan
nuestros libros de historia, fue cuando comenzó ese supuesto proceso inocente y
bienintencionado en el que se le llevaba la cultura, la religión, los buenos
modos a las gentes “salvajes” que allí habitaban.
Entendemos
descubrimiento como el encuentro o hallazgo de lo desconocido u oculto hasta el
momento. Curiosa palabra para referirse a un continente entero, en el que ya
habitaban gentes, había desarrolladas formas de vivir y de relacionarse,
comunidades enteras establecidas. Pero no nuestros modos, no nuestras gentes ni
nuestras comunidades. Así que les negamos la existencia anterior a nuestra
intervención. Intervención, por no decir saqueo, invasión, etnocidio.
Mujeres lenguas en su toldería.
Alguna
de las personas presentes puede preguntarse qué tiene que ver todo esto con el
terrorismo machista. Pues bien, lo primero es que Mujeres Libres de Guadalajara
es una asamblea feminista que analiza y tiene en cuenta la interseccionalidad,
e igual que no podemos obviar la opresión de clase, no lo haremos con la de
raza o la de etnia. Hay que tener en cuenta la violencia machista vivida
específicamente por las mujeres indígenas o las racializadas.
Y,
además, como en, podría decirse, la totalidad de episodios violentos o bélicos,
las mujeres son instrumentalizadas, utilizadas para conseguir el poder sobre el
supuesto enemigo.
Machis Mapuche, 1900.
Hay un episodio real del proceso de
colonización, que puede ayudarnos a entender el papel de las mujeres indígenas
en este. El fortín de Arauco, en Chile, estaba sitiado por aquellos a los que
llamaron indios, sin agua ni comida, pero el capitán colonial Lorenzo Bernal se
negó a rendirse. Desde la empalizada, gritó:
—¡Nosotros seremos cada vez más!
—¿Con qué mujeres? -preguntó el jefe
indio.
—Con las vuestras. Nosotros les haremos
hijos que serán vuestros amos.
Mujeres
violadas, instrumentalizadas, como esclavas y suministradoras de mano de obra al
servicio del colonialismo. Mujeres indígenas esterilizadas y asesinadas para
evitar que se incrementaran las líneas de la resistencia. Y esto no es otra
cosa que violencia de género estructural, dentro de todos los tipos de
violencia que se dieron durante la colonización de América, la específica sufrida
porlas mujeres.
Así
que nos encontramos hoy aquí para decir que no tenemos nada que celebrar, que
no vamos a justificar ni olvidar los horrores del proceso colonial en América,
que a día de hoy sigue presente, y no podrá empezar a dejar de ser así si no
revisamos aquello que justificamos de horrores de guerra, cuando más que de
guerra deberíamos hablar de genocidio, expolio y saqueo de un lado, y
resistencia y autodefensa del otro. Porque la vergüenza no se celebra, la
esclavitud no se honra.
Esclavos e indígenas en América.
Estamos
aquí por un feminismo internacionalista, que tenga en cuenta el pasado, para
construir un futuro conjunto, donde no se invisibilice ningún tipo de violencia
de género y apartemos los modos coloniales de nuestras vidas. Porque ni la
tierra ni las mujeres somos un territorio de conquista.
Porque
no tenemos nada que celebrar, pero sí muchas hermanas que rememorar.
Nos tocan a una, respondemos todas.