Libres y empoderadas

Libres y empoderadas

sábado, 20 de diciembre de 2014

Red de pornografía infantil

Esta semana fue desarticulada una red de distribución de pornografía infantil, siendo registrado un domicilio en Guadalajara.
La pedofilia no es ninguna desviación de la conducta sexual, sino el resultado de la distorsión sexual y de roles instaurados desde el heteropatriarcado. En este caso, se abusa de niñas y niños de corta edad, un sector minusvalorado y despreciado desde la absurda pirámide genérica que nos imponen. Se trata de varones adultos que violan y agreden a niñas y niños aprovechándose por un lado de su estatus, poder y autonomía; y por el otro, de la indefensión y falta de consciencia de las menores sobre lo que está ocurriendo. Por si fuera poco, hacen de ello su ocio y entretenimiento público, grabando y difundiendo las imágenes de la terrible agresión.
Las niñas y niños víctimas del abuso sexual y agresión quedan estigmatizadas para toda su vida. Las violaciones suponen un trauma físico y, sobre todo, psicológico, en especial a tan corta edad, que repercutirán de forma transversal en la vida de las víctimas y que, posiblemente, les negarán la posibilidad de desarrollar una sexualidad sana.
Desde la Asamblea de Mujeres Libres de Guadalajara queremos denunciar estos abominables actos y señalar a los agresores. Repudiamos cualquier abuso sexual y, en especial, tratándose de menores de edad.
 

jueves, 20 de noviembre de 2014

CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO

 El 25 de noviembre de 2014, día contra la Violencia de Género, contamos cuarenta y siete mujeres asesinadas a manos de sus parejas y ex parejas este año. Sin embargo, la Violencia de Género no es sólo un número.

La muerte de una mujer a manos de su pareja es la culminación de un proceso más largo y doloroso. Violencia de Género es humillar, ignorar, controlar, utilizar, violar, insultar, es infligir sufrimiento tanto psicológico como físico de manera cotidiana. Es necesario señalar que la Violencia de Género no la sufren sólo las mujeres, afecta de manera brutal a todo el entorno familiar, especialmente a niñas y niños.

Ante el grave y evidente problema que supone el maltrato hacia las mujeres en nuestra sociedad, el Gobierno y el Estado, así como los medios de comunicación, reaccionan ofreciendo cifras y lanzando campañas que lejos de atajar la raíz de la violencia, quedan en la superficie y culpabilizan a la mujer en lugar de reconocerla como víctima y darle las herramientas para revertir su situación.

Las mujeres nos vemos en la obligación de señalar el sistema heteropatriarcal, fundamentado en la división sexual del trabajo, como la fuente de las discriminaciones diarias que sufrimos y que se traducen, en última instancia, en el asesinato a manos de sus parejas o ex parejas de decenas de mujeres cada año.

A la opresión ejercida por el heteropatriarcado se suma aquella que viene dada por el capitalismo. Ambas realidades operan de manera paralela y perpetúan los esquemas que nos mantienen sometidas y expuestas a la violencia. En un estado como el español de larga tradición católica, la Iglesia coopera con estas dos fuerzas para seguir poniendo trabas a la consecución de la igualdad real. Por esto, entendemos que un Estado y un gobierno capitalista en ningún momento pondrán en tela de juicio ni mencionarán las dinámicas del patriarcado, ni las consecuencias que tiene. Desde la tentativa de prohibición del aborto hasta la culpabilización de las víctimas de las agresiones sexuales, pasando por los roles reproducidos en la publicidad, la música o la televisión. Los sucesivos gobiernos han demostrado no estar a la altura y desatender e incluso coaccionar a la mitad de la población.

Por todo ello, desde la Asamblea de Mujeres Libres de Guadalajara defendemos que el 25 de noviembre debe ser un día de protesta, un día para concienciar al resto de personas, tanto mujeres como a hombres, para que cada una de ellas y de ellos sean conscientes de qué es la Violencia de Género y cuáles son sus causas. Defendemos además que esta lucha no debe limitarse a la celebración de actos aislados en días señalados y debe constituir una de las prioridades sociales.

La solución del problema solo será posible cuando hombres y mujeres dejemos atrás el sistema que permite que existan jerarquías basadas en el género.

¡PORQUE NO ESTÁS SOLA, PORQUE SOMOS MUCHAS, PORQUE SOMOS TODAS LAS MUJERES!

jueves, 23 de octubre de 2014

STOP AGRESIONES FASCISTAS Y SEXISTAS.

El pasado martes, 21 de Octubre, las estudiantes de la Universidad Complutense de Madrid fueron víctimas de una agresión fascista. En torno a las 20h, y aprovechando que a esas horas las facultades están casi vacías, cerca de unos 30 miembros de Respuesta Estudiantil, organización de caracter neonazi y filofascista, irrumpieron en el campus de Ciudad Universitaria. Se dirigieron primero a la Facultad de Geografía e Historia donde destrozaron el material preparado para la huelga por distintos colectivos y asambleas. De allí, fueron a la Facultad de Ciencias de la Información, lugar en el que se produjeron nuevos destrozos de materiales y de los espacios de las distintas asociaciones de la facultad. En ese momento, un grupo de compañeras se encontraba en mitad de una asamblea. Los agresores generaron momentos de tensión y finalmente una de ellas terminó siendo agredida.
 
De nuevo, el miércoles volvieron a aparecer en el campus sobre la misma hora; ésta vez acompañados de miembros de Liga Joven, otra organización estudiantil de la misma calaña que Respuesta Estudiantil. Armados con palos agredieron a otras 3 compañeras de la Facultad de Geografía e Historia, volvieron a causar destrozos en el inmobiliario y, posteriormente, leyeron un comunicado.
 
Desde la Asamblea de Mujeres Libres de Guadalajara queremos mostrar nuestro total apoyo a las compañeras agredidas, así como máximo rechazo y repulsión a estos ataques fascistas.
 
 
FUERA FASCISMO DE LA UNIVERSIDAD.
STOP AGRESIONES FASCISTAS Y SEXISTAS.

miércoles, 15 de octubre de 2014

Día de la mujer rural


El día 15 de octubre se celebra el Día de la mujer rural. La necesidad de visibilizar esta realidad se hace evidente a través de los datos que ofrecen diversos estudios; a la situación de discriminación que todas las mujeres sufrimos en el sistema heteropatriarcal hay que sumar en este caso un hándicap extra, debido al empobrecimiento y aislamiento de las zonas rurales. Es en el caso de las mujeres que viven en el entorno rural donde la doble discriminación se hace más patente.

Los principales problemas que sufre la mujer en el campo son:

-          La pobreza de las zonas rurales respecto a las urbanas, agravada en los últimos años por la crisis económica.

-          El hecho de quedar relegadas a los trabajos considerados tradicionalmente “femeninos”, es decir, aquellos que están relacionados con los cuidados. Aunque en el medio urbano esta tendencia se mantiene, en el medio rural la ausencia de infraestructuras y servicios agrava la situación.

-          Una carga de trabajo que no se traduce en un empleo remunerado, dada la falta de oportunidades para encontrar el empleo y mantenerlo. En muchos casos, estos trabajos perpetúan además los roles de género ya mencionados en el punto anterior, puesto que suelen estar encaminados al cuidado; en otras muchas ocasiones,  se las encuentra colaborando en negocios familiares sin estar dadas de alta en la Seguridad Social como trabajadoras. Especial es el caso de los trabajos agrarios, donde tradicionalmente se ha privado a la mujer de la titularidad de la explotación agraria pero no del trabajo en el campo.

-          El confinamiento de las mujeres al hogar y el cuidado de los hijos, debida, por un lado, a una tradición patriarcal que se perpetúa a través de la costumbre y la educación, pero también debido a la falta de oportunidades laborales.

-          Una brecha salarial que en 2012 se situaba en torno al 23,2%

-          En un sentido social, cualquier conducta considerada “transgresora” supone un juicio moral que pone en riesgo de exclusión a las personas, dado el reducido número de habitantes y la pervivencia de los roles y estereotipos de género.

En definitiva, en los medios rurales los roles de género que tradicionalmente han constreñido a la mujer siguen vigentes con mayor dureza que en medios urbanos, provocando un éxodo de la mujer del mundo rural y una discriminación de aquellas que permanecen en este ambiente. Para mayor información, se puede consultar:



viernes, 1 de agosto de 2014

Prevención de la violación

Parecen buenas las intenciones del Ministerio. “Prevención de la violación”. Prevenir las violaciones, erradicarlas, es un gran objetivo.
El problema es cómo se ataja este gran problema. ¿Qué hacemos? A una le puede dar por pensar que la mejor manera de prevenir violaciones es, en primer lugar, prevenir que haya violadores, erradicarlos. Y para que no haya violadores, todxs deberíamos saber, entender y aplicar que las mujeres no somos objetos para la satisfacción del deseo sexual de otrxs. Deberíamos entender y saber que las personas somos personas, con lo que ello implica, esto es, capacidad y derecho para decidir cuándo, cómo, con quién queremos mantener relaciones sexuales. Capacidad y derecho para decidir cuánto queremos que dure o hasta donde queremos llegar.
Sí, las intenciones del Ministerio parecen buenas, pero el resultado es desastroso.
En primer lugar, la prevención (y erradicación) de las violaciones no puede conseguirse si mantenemos la idea de que las mujeres estamos ahí para satisfacer al hombre. Cuando nos piden que no dejemos ver al mundo nuestra independencia al vivir solas, cuando nos aconsejan que vivamos alerta ante la inminente agresión de un desconocido, cuando nos exhortan para que vistamos de una u otra manera, no sólo hacen gala de un paternalismo que nos anula como personas adultas, sino también nos cosifican. Que traten de la misma manera la prevención del robo de una vivienda que una agresión sexual es una muestra de qué somos para ellos: propiedades. Si nos aconsejan que no dejemos ver que vivimos solas, es en parte una llamada de atención a la mujer: hazles ver a los hombres que ya eres propiedad de otra persona.  
En segundo lugar, nos atemorizan. La autonomía, el hacer uso del espacio público como un hombre, incluso el ser amable con desconocidxs,  son riesgos. Lo que para un hombre es el desarrollo normal de su vida adulta, es presentado para nosotras como un peligro potencial. Llevar una vida normal, en la que pasear por la calle o elegir la ropa que nos guste sean sólo una opción, conlleva un peligro tal para una mujer que debería pensarlo bien antes. ¿Cuál es el mensaje, el poso que queda ahí? La culpa. Si caminas sola por la calle, si pusiste tu nombre en el buzón, si condujiste un coche y te violaron, la culpa es tuya.
En tercer lugar, todos estos consejos obvian por completo una triste realidad: la mayoría de las violaciones las perpetran conocidos. Desde familiares cercanos a amigos. Tu propia pareja. Los violadores pueden ser hombres que se “agazapan detrás de coches” pero no siempre es así. Normalmente no es así. Muchas mujeres han sido violadas en su relación de pareja, y a pesar de reconocer el malestar que estas “relaciones” generan, no son conscientes de haber sido violadas. Muchas niñas (y en este caso niños) son violadxs por familiares y la culpa con que se rodea a las víctimas les impide hablar de ello, prolongando una situación de abusos y agresiones durante largo tiempo.
El problema viene cuando se perpetúa esa imagen del violador que ataca con alevosía y nocturnidad a mujeres borrachas en minifalda. Es una visión cómoda para el hombre y que invisibiliza a la víctima y su sufrimiento: el violador es entonces un loco asocial y la violada una mujer descuidada y, en parte, culpable y con este mito se oculta la realidad, aún más grave, y es que vivimos en una cultura que incita a la violación.
Mientras la educación que se da a lxs niñxs varíe en función de su género, mientras seamos bombardeadxs con estereotipos y roles, mientras un NO pueda significar SÍ en algunos casos, mientras sigamos siendo seres de segunda, habrá violaciones.

Recluir a las mujeres en espacios “seguros”, privarlas de libertad, vestirlas cual monja renacentista o hacerlas sentir miedo y culpa no va a solucionar nada. Señores,  esto no es una “prevención de la violación”, esto es un refuerzo a los argumentos de los agresores.