Cualquier
machista que se precie te dirá que el divorcio perjudica a los hombres, que las
mujeres se quedan con todo: la casa, el coche, los hijos... (por cierto, que te
lo dirá en ese orden, porque los hijos son importantes, pero menos que la
casa).
Parece que una se divorcia para joderle la vida a su
marido, porque ya sabemos que las mujeres somos así de brujas, lo que nos gusta
es hacer daño. Y queremos que ellos se queden en la calle y nos paguen, nos
paguen mucho, todos nuestros vicios.
Y
entonces te dicen que es que a las mujeres les dan las custodias de los menores
y eso es injusto, porque ellos también son progenitores.
Vamos
a empezar por el principio. Las custodias no se dan, como el que regala unas
zapatillas que ya no usa. Las custodias se piden. Así que vamos a dejar esto
bien claro: es muy difícil darle una custodia a tantísimos varones/padrazos que
NO LA PIDEN.
Cuando
ambos la piden y hay que dirimir quién se queda con la custodia, se tiene en
consideración quién ha sido la figura principal de apego, quién ha ido a
médicos, quién ha pasado noches en blanco cuidando, quién sabe dónde se guardan
los calcetines que se pone a diario la/el menor, quién ha renunciado a o
disminuido su jornada laboral por ocuparse de las hijas/os, quien ha renunciado
a su ocio y autocuidado por atenderles...
Por
otro lado, cuando la mujer se queda en la vivienda, no se queda con
la vivienda. El domicilio familiar es de las hijas/os y allí vive la persona
designada para ser su cuidador/a principal hasta que son mayores de edad o
pueden vivir independientemente. Por supuesto que si hay hipoteca, se paga a
medias, porque no es que él le pague la casa a ella, es que ambos son
responsables de pagar la vivienda de su prole.
El
dinero que se “da” no es un dinero que se regala. Si hay pensión compensatoria,
es porque hay algo que compensar, es decir, hay una fuerte descompensación
económica o la mujer ha dejado de trabajar o ha reducido su jornada para
ocuparse del cuidado y la crianza de las hijas/os (y del marido, que parece que
estar 24 horas al día disponible para él y los hijos y la limpieza y la cocina
y la organización y ... es como vivir en el Caribe con un mojito en la mano,
pues no). La pensión de alimentos se acuerda o se calcula con tablas
pre-establecidas –tablas que se han desarrollado desde los juzgados y colegios
de abogacía- y con ese triste dinero no es que la mujer se vaya de fiesta loca,
sino que se paga parte de la luz, el agua, la calefacción, la comida, la ropa y
todo aquello que una criatura necesita en su día a día.
Por
último, es necesario dejar bien claro que “el progenitor custodio”, diré la
progenitora custodia, siempre es la más vulnerable, ya que tiene que organizar
toda su dinámica socio-familiar en función de las hijas/os. El otro progenitor
tiene libertad de movimiento y acción todo el tiempo, excepto cuando le
corresponden las visitas.
Así
que, resumiendo: las mujeres piden quedarse con los hijos porque siguen siendo
sus cuidadoras y principales responsables de la crianza (hoy no vamos a entrar
en por qué esto es así ni sus causas y consecuencias); la casa se la quedan las
hijas/os en usufructo; la pensión de alimentos es exactamente eso, un mínimo de
dinero para alimentación, ropa, higiene (cualquiera que tenga una criatura sabe
que con 150-200 euros NO se cubren sus gastos ni sus necesidades, mucho menos
si hay necesidades especiales); Y nunca olvidemos que vivir a diario con
menores a tu cargo hace que tu vida se vea modificada, tu ocio se organiza en
función del suyo, tus horarios de trabajo muchas veces también, las peleas por
los deberes, las discusiones por comer verdura, las normas y los límites
diarios, las noches desvelada porque tiene pesadillas o le duele un oído...
todo eso es para la aprovechada que quiere joder la vida a su marido y por lo
visto le regalan la custodia por tener ovarios.