Libres y empoderadas

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miércoles, 23 de septiembre de 2015

DESMONTANDO EL PATRIARCADO. SI QUERÉIS IGUALDAD, ¡LLAMADLO HUMANISMO!


“Si el feminismo no fuese lo contrario al machismo tendría que llamarse humanismo o igualitarismo”… Woow! ¡Qué réplica! ¡Qué argumento! ¡Que astuto por tu parte ir a la etimología de la palabra! Cuéntanos hábil compañero, ¿qué es lo que te molesta más? ¿Qué no se aluda a los hombres en el término que define a un movimiento igualitarista o que ese movimiento ataque a tus privilegios como hombre? “¡No, si lo que no me convence es la palabra!”- responderás -, ¡por supuesto! tú eres un claro defensor de la igualdad entre hombres y mujeres, pero es que “la palabra feminismo echa para atrás a mucha gente y, además, (agradecedme el consejo), debilita vuestra lucha… podrías mejor hablar de personas, de seres humanos ¿no?”. Claro que sí, campeón, y podemos hablar de seres, sujetos, individuos, entes… ¿pero de mujeres? ¡Naaaa!

Podemos imaginar, desde la gran empatía que nos otorga por arte de magia la feminidad que se nos ha asignado, lo duro que debe ser sentir que no eres el centro de algo, especialmente a vosotros que no estáis acostumbrados a sentiros invisibilizados. Pero es precisamente esa invisibilización la que llevan sufriendo las mujeres a lo largo de la Historia, sometidas al paradigma androcéntrico desde los hechos hasta las palabras (¿o acaso no hablamos de “el hombre” para designar a “la humanidad”? ¿acaso no usamos el masculino como genérico?). Si tanto crees en la igualdad no sé por qué debería incomodarte que el término que designa al movimiento de reivindicación de los derechos de las mujeres, como parte del género humano que son, y su reconocimiento como tal en todos los ámbitos de la sociedad no aluda a los hombres. Touché ¿eh?

Y no, no vamos a llamarnos “humanistas” ni “igualitaristas”, principalmente porque son conceptos preexistentes que dejan de lado muchas de las cuestiones que aborda el feminismo, no tratan la igualdad de género ni se plantean la interseccionalidad, por ejemplo. No te encabezones, busca una enciclopedia.

El término “feminista” empezó a usarse en el s.XIX para referirse de forma peyorativa a las personas que apoyaban la lucha de las mujeres por la igualdad de derechos pero, algo más adelante, fueron las sufragistas quienes se reapropiaron del término para darle un enfoque positivo y nuevos significados. Nosotras, temibles y despiadadas hembristas de incógnito,  lo mantenemos, lo reivindicamos y lo abrazamos, orgullosas de cada una de las mujeres (“Féminas”) que batallaron sin descanso por cada pequeño gran triunfo del feminismo.
No vengas a abrir debates vanos ni a decirnos cómo llamarnos para que nos hagas el favor de ser feminista sin incomodarte.


                                                          

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