Libres y empoderadas

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miércoles, 30 de septiembre de 2015

DESMONTANDO EL PATRIARCADO. 3. “EN LOS DIVORCIOS LAS MUJERES SE QUEDAN CON TODO"



Cualquier machista que se precie te dirá que el divorcio perjudica a los hombres, que las mujeres se quedan con todo: la casa, el coche, los hijos... (por cierto, que te lo dirá en ese orden, porque los hijos son importantes, pero menos que la casa).

Parece que una se divorcia para joderle la vida a su marido, porque ya sabemos que las mujeres somos así de brujas, lo que nos gusta es hacer daño. Y queremos que ellos se queden en la calle y nos paguen, nos paguen mucho, todos nuestros vicios.

Y entonces te dicen que es que a las mujeres les dan las custodias de los menores y eso es injusto, porque ellos también son progenitores.

Vamos a empezar por el principio. Las custodias no se dan, como el que regala unas zapatillas que ya no usa. Las custodias se piden. Así que vamos a dejar esto bien claro: es muy difícil darle una custodia a tantísimos varones/padrazos que NO LA PIDEN.

Cuando ambos la piden y hay que dirimir quién se queda con la custodia, se tiene en consideración quién ha sido la figura principal de apego, quién ha ido a médicos, quién ha pasado noches en blanco cuidando, quién sabe dónde se guardan los calcetines que se pone a diario la/el menor, quién ha renunciado a o disminuido su jornada laboral por ocuparse de las hijas/os, quien ha renunciado a su ocio y autocuidado por atenderles...

Por otro lado, cuando la mujer se queda en la vivienda, no se queda con la vivienda. El domicilio familiar es de las hijas/os y allí vive la persona designada para ser su cuidador/a principal hasta que son mayores de edad o pueden vivir independientemente. Por supuesto que si hay hipoteca, se paga a medias, porque no es que él le pague la casa a ella, es que ambos son responsables de pagar la vivienda de su prole.

El dinero que se “da” no es un dinero que se regala. Si hay pensión compensatoria, es porque hay algo que compensar, es decir, hay una fuerte descompensación económica o la mujer ha dejado de trabajar o ha reducido su jornada para ocuparse del cuidado y la crianza de las hijas/os (y del marido, que parece que estar 24 horas al día disponible para él y los hijos y la limpieza y la cocina y la organización y ... es como vivir en el Caribe con un mojito en la mano, pues no). La pensión de alimentos se acuerda o se calcula con tablas pre-establecidas –tablas que se han desarrollado desde los juzgados y colegios de abogacía- y con ese triste dinero no es que la mujer se vaya de fiesta loca, sino que se paga parte de la luz, el agua, la calefacción, la comida, la ropa y todo aquello que una criatura necesita en su día a día.

Por último, es necesario dejar bien claro que “el progenitor custodio”, diré la progenitora custodia, siempre es la más vulnerable, ya que tiene que organizar toda su dinámica socio-familiar en función de las hijas/os. El otro progenitor tiene libertad de movimiento y acción todo el tiempo, excepto cuando le corresponden las visitas.


Así que, resumiendo: las mujeres piden quedarse con los hijos porque siguen siendo sus cuidadoras y principales responsables de la crianza (hoy no vamos a entrar en por qué esto es así ni sus causas y consecuencias); la casa se la quedan las hijas/os en usufructo; la pensión de alimentos es exactamente eso, un mínimo de dinero para alimentación, ropa, higiene (cualquiera que tenga una criatura sabe que con 150-200 euros NO se cubren sus gastos ni sus necesidades, mucho menos si hay necesidades especiales); Y nunca olvidemos que vivir a diario con menores a tu cargo hace que tu vida se vea modificada, tu ocio se organiza en función del suyo, tus horarios de trabajo muchas veces también, las peleas por los deberes, las discusiones por comer verdura, las normas y los límites diarios, las noches desvelada porque tiene pesadillas o le duele un oído... todo eso es para la aprovechada que quiere joder la vida a su marido y por lo visto le regalan la custodia por tener ovarios.

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